Los contrastes geográficos de Chile dan pie a una diversa cultura gastronómica que varía de norte a sur. Por otro lado, la costa que se extiende a lo largo de casi todo el país ha forjado una fuerte tradición pesquera que se refleja en la amplia oferta de platos en base a frutos del mar. Es precisamente esta diversidad la que se celebra en el Día de la Cocina Chilena, instaurado hace 8 años con el fin de rescatar este aspecto de la cultura nacional.
Humitas: La humita es un plato clásico del verano en Chile, época en que los choclos (maíz), su ingrediente principal, están tiernos y abundan en los mercados y ferias del país. Se trata de una pasta en base a choclo molido, junto con albahaca y cebolla salteada. La pasta se envuelve en la misma hoja que resguarda la coronta, de esta forma, la experiencia de comer la humita es gran parte del encanto de este plato: desatar el cordelito que amarra las hojas y empezar a disfrutar. Los acompañamientos para este plato varían, siendo el tomate o el azúcar los más clásicos.
Cabe mencionar que existen preparaciones similares a lo largo de América Latina, como en Argentina, Bolivia y México, donde son conocidas como tamales.
Curanto: Una de las preparaciones típicas del archipiélago de Chiloé. Sus ingredientes van desde mariscos frescos de la misma zona, carne, papas, longanizas hasta legumbres varias, además de otras preparaciones típicas del archipiélago como lo son el milcao y los chapapeles, masas hechas en base a papas. Se trata de un plato que destaca tanto por su sabor como por el proceso que hay detrás de su preparación, la cual se realiza al aire libre y en un hoyo cavado en la tierra, donde se prende un fuego. Luego se depositan piedras que absorben el calor y sobre las cuales se llevará a cabo la cocción de los ingredientes. Finalmente, todo se cubre con hojas de nalca, planta nativa del sur de Chile y Argentina.
La preparación del curanto puede tomar varias horas, por lo que constituye un evento social en sí y reúne a varios miembros de la comunidad. Además, existe una versión que sigue métodos de preparación más tradicionales, conocida como pulmay o curanto en olla.
Porotos con rienda: La tradición campestre de Chile encuentra su máxima expresión en este plato, el cual cuenta con porotos, tallarines, longanizas, zapallo y otros vegetales y condimentos entre sus ingredientes. Su nombre hace referencia a su preparación original, la cual reemplaza los tallarines por tiras de cuero de chancho. Cuando el plato fue adoptado en las regiones más urbanas del país, donde las tiras de cuero de chancho eran más difíciles de conseguir, los tallarines entraron a cumplir su labor.
Los porotos con rienda abundan durante el invierno en Chile, debido a la reconfortante sopa que acompaña a las legumbres.
Caldillo de Congrio: Un clásico que rescata lo mejor de la costa chilena, el caldillo de congrio es una sopa que tiene al congrio como gran protagonista, acompañado de papas, zanahorias y otras verduras y condimentos. Generalmente se sirve en un plato de greda, el cual permite mantener el calor del caldillo recién salido de la olla.
Este plato se encuentra inscrito en el imaginario popular de Chile gracias al poeta nacional y premio Nobel de Literatura, Pablo Neruda, quien disfrutaba tanto de esta preparación que le dedicó una oda en una de sus obras. Los versos iniciales dicen:
En el mar
tormentoso
de Chile
vive el rosado congrio,
gigante anguila
de nevada carne.
Y en las ollas
chilenas,
en la costa,
nació el caldillo
grávido y suculento,
provechoso.
Charquicán: Se trata de una preparación sencilla cuya historia se remonta a la época precolombina. Su receta original contemplaba el uso de papas, zapallo y charqui (carne deshidratada), éste último ingrediente es una de las principales razones detrás del nombre de este plato, el cual vendría del quechua “charquikanka”, que quiere decir guiso hecho con charqui. Con el paso del tiempo, el charqui fue reemplazado por carne fresca; además, la llegada de los españoles al continente americano también implicó la llegada de distintas especias y condimentos, los que comenzaron a usarse en el charquicán.
Cabe mencionar que existen distintas versiones de este plato tanto dentro de Chile como a lo largo de América Latina. Existen zonas en el norte del país que incluyen arroz en la receta, mientras que en el sur de Chile es común que el charquicán se sirva con un huevo frito coronando el guiso. Cualquiera sea su versión, se trata de un plato que se disfruta en cualquier época del año.
Fuente: https://www.thisischile.cl/5-platos-tipicos-de-la-cocina-chilena/