Se acercan las fiestas patrias, recordemos todos nuestros bailes típicos

La música y la danza son uno de los aspectos más representativos de una cultura y sus creencias. La mayoría de países tienen uno o dos bailes que lo representan a nivel mundial, como es el caso de la Cueca en Chile, pero localmente hay cientos de variedades que están llenas de significado.
Es muy común que hoy en día no se sepa mucho de estas manifestaciones folklóricas; los bailes típicos han sido relegados a espectáculos y presentaciones que llegan a un grupo reducido. Sin embargo, si piensa recorrer algunas de las hermosas regiones de Chile, no estaría de más dar unos pasos al son de la música andina, patagónica o isleña.
¿Conoce usted otros bailes tradicionales de Chile y su historia? Aquí le contamos sobre algunos.

El Carnavalito

Este baile, típico del norte de Chile, está directamente vinculado con las tradiciones andinas de Bolivia y el norte de Argentina. En sus melodías destacan los instrumentos de viento, la percusión y el charango, y los bailarines zapatean o dan pequeños saltos mientras se mueven en círculos.
Aunque es típico de la época de carnaval, el carnavalito se baila también en otras ocasiones donde se exalta el espíritu de celebración y alegría. Se danza en parejas sueltas, las parejas se intercambian, los bailarines bailan solos mientras ondean pañuelos en la mano y, en otras ocasiones, se toman todos de la mano conformando un gran círculo.
Es un baile indígena de los Andes y, si bien puede haber sufrido ciertas variaciones o influencias, mantiene sus raíces y significado de unión y regocijo.

La Mazamorra

Este es un baile muy curioso ya que involucra a tres personas representando animales. Las primeras dos son hombres que bailan alrededor de una mujer, imitando los pasos de un gavilán que quiere conquistar a la paloma, así que podrá imaginarse unos movimientos muy particulares. La mujer, en el centro, da vueltas y pequeños saltos mientras es cortejada.
La mazamorra es típico de la zona central, sobre todo de las zonas rurales donde se baile en celebraciones y eventos especiales. No se tienen claros los orígenes de esta danza, pero por su simbología y relación con elementos de la naturaleza, debe remontarse a las tradiciones de los pueblos indígenas originarios.

La Cueca

 

La cueca es el baile nacional de Chile desde hace poco más de 30 años. Fue escogido como símbolo de la cultura chilena, ya que nació a partir de una mezcla entre ritmos amerindios y españoles.
Se baila en parejas, frente a frente, aunque nunca hay contacto físico, y cada uno de los bailarines tiene en la mano derecha un pañuelo que mueve al ritmo de la música y sus pasos mientras se mueven en círculo.
Los principales instrumentos de la cueca chilena son el acordeón, el arpa, el pandero, el piano y el tormento.
Además, a la melodía la acompañan cantos de varias voces que hablan sobre patriotismo, amor y otras historias. Debido a la extensión de este baile por todo el país, existen variaciones en cada región.

El Costillar

Este baile es típico del sur del país y consiste en zapatear y dar vueltas alrededor de una botella, pasarle por el costado y saltarla con maniobras riesgosas, intentando no golpearla o botarla al suelo. Se baila en parejas o cuartetos, y quien primero golpee la botella, debe pagar una multa o penitencia.
Aunque la melodía puede ser variada, el estribillo así siempre es el mismo: “El costillar es mío me lo quieren quitar; el costillar es mío me lo quieren quitar; qué cuentas tiene nadie con mi costillar…”.
Se cree que esta danza es originaria de Chiloé, donde todavía se practica en diversos encuentros sociales.

El Sau Sau

El Sau Sau en Isla de Pascua

Este es probablemente uno de los bailes más nuevos de Chile y se originó en Isla de Pascua a finales de los años 30, bajo la influencia de unas visitas de Polinesia que enseñaron a los locales sus danzas tradicionales.
La primera estrofa de los cantos del Sau Sau se mantiene en idioma Samoa y se le han agregado dos estrofas más en idioma rapa nui.
Los movimientos y vestuario se asemejan a lo que hemos visto siempre de Hawái o Tahití, con mujeres meneando delicadamente sus caderas, acompañadas por movimientos suaves de las manos y adornadas con flores de colores.
Los hombres también forman parte de la danza, aunque no se baila en parejas directamente.